{"id":9975,"date":"2015-02-11T19:22:45","date_gmt":"2015-02-12T01:22:45","guid":{"rendered":"https:\/\/snob.mx\/?p=9975"},"modified":"2019-03-05T20:26:34","modified_gmt":"2019-03-06T02:26:34","slug":"ping-g30-driver-el-palo-de-golf-que-necesitas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/snob.mx\/style\/moda\/ping-g30-driver-el-palo-de-golf-que-necesitas.html","title":{"rendered":"Ping G30 driver | El palo de golf que necesitas"},"content":{"rendered":"

Sabemos que se requiere de talento para poder ganar en un juego de golf<\/a>, pero tambi\u00e9n existen instrumentos que te pueden ayudar a ser todav\u00eda un mejor jugador. En este caso ese instrumento es el driver Ping\u00a0G30<\/strong>, el palo de golf de Ping el cual gracias a los turbadores que tiene, ayuda a dirigir la bola en un \u00e1ngulo correcto<\/strong> a pesar de la direcci\u00f3n del viento. Tambi\u00e9n cuenta con una cara de titanio y una tecnolog\u00eda \u00abTrajectory Turning+\u00bb<\/em> que te ayuda a aumentar o reducir algunos grados en cualquier direcci\u00f3n. Con este driver G30<\/strong> la bola recorrer\u00e1 18 metros m\u00e1s y en una direcci\u00f3n m\u00e1s vertical que con cualquier otro palo de golf, valdr\u00e1 la pena probarlo.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Sabemos que se requiere de talento para poder ganar en un juego de golf, pero tambi\u00e9n existen instrumentos que te pueden ayudar a ser todav\u00eda un mejor jugador. En este caso ese instrumento es el driver Ping\u00a0G30, el palo de golf de Ping el cual gracias a los turbadores que tiene, ayuda a dirigir la bola en un \u00e1ngulo correcto a pesar de la direcci\u00f3n del viento. Tambi\u00e9n cuenta con una cara de titanio y una tecnolog\u00eda \u00abTrajectory Turning+\u00bb que te ayuda a aumentar o reducir algunos grados en cualquier direcci\u00f3n. Con este driver G30 la bola recorrer\u00e1 18 metros m\u00e1s y en una direcci\u00f3n m\u00e1s vertical que con cualquier otro palo de golf, valdr\u00e1 la pena probarlo.<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":9976,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[131],"tags":[],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9975"}],"collection":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=9975"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/9975\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/9976"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=9975"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=9975"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=9975"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}