Bamford Watch Department<\/strong><\/a> se arriesga con \u00e9xito\u00a0al crear el \u00abRolex Explorer II Element 79\u00bb,<\/strong> el cual a diferencia de la gran mayor\u00eda de los dem\u00e1s dise\u00f1os, es de un color dorado, dejando el cl\u00e1sico color negro en el pasado<\/strong>. Esta pieza lleva consigo una sensaci\u00f3n de poder y elegancia<\/strong>, no solo por su cubierta Element 79 color oro<\/strong>, sino que tambi\u00e9n por su dise\u00f1o tan fino, delineando las manecillas de un color rojo intenso, contrastando armoniosamente con el dorado. Este reloj<\/a> durar\u00e1 contigo una vida entera debido a la calidad de materiales y producci\u00f3n usada para crearlo<\/strong>, \u00bfqui\u00e9n no disfrutar\u00eda de la compa\u00f1\u00eda de este Rolex<\/a> Explorer II<\/strong> por toda su vida?<\/p>\n

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Bamford Watch Department se arriesga con \u00e9xito\u00a0al crear el \u00abRolex Explorer II Element 79\u00bb, el cual a diferencia de la gran mayor\u00eda de los dem\u00e1s dise\u00f1os, es de un color dorado, dejando el cl\u00e1sico color negro en el pasado. Esta pieza lleva consigo una sensaci\u00f3n de poder y elegancia, no solo por su cubierta Element 79 color oro, sino que tambi\u00e9n por su dise\u00f1o tan fino, delineando las manecillas de un color rojo intenso, contrastando armoniosamente con el dorado. Este reloj durar\u00e1 contigo una vida entera debido a la calidad de materiales y producci\u00f3n usada para crearlo, \u00bfqui\u00e9n no disfrutar\u00eda de la compa\u00f1\u00eda de este Rolex Explorer II por toda su vida? \u00a0<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":8767,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[19],"tags":[1770,372,560,2290,2289],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8766"}],"collection":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8766"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8766\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/8767"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8766"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8766"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8766"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}