Un siglo son muchos segundos, minutos y horas transcurridas en este planeta, por lo que con orgullo\u00a0Oris, el fabricante\u00a0de relojes de lujo celebra en grande\u00a0su aniversario n\u00famero 110 con el\u00a0Oris Caliber 110<\/strong>. Este es el primer reloj in-house<\/em>\u00a0que fabrican en 35 a\u00f1os, el cual tard\u00f3 10 a\u00f1os en ser finalizado, lo cual nos hace entender\u00a0la larga espera debido al complejo sistema con el que cuenta.<\/p>\n

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Con 177 componentes y con un\u00a0hand-wound caliber,\u00a0<\/em>le permite tener una reserva de pila de hasta 10 d\u00edas, a comparaci\u00f3n de una de sus ediciones limitadas pasadas\u00a0\u00a0Air racing edition III<\/a><\/span>\u00a0que \u00fanicamente resist\u00eda 36 horas. El aniversario de Oris<\/a> tan solo nos pone contentos y nos hace apreciar el tiempo invertido en este modelo, el cual podr\u00e1 ser escogido -dependiendo gustos- ya sea de acero o para los m\u00e1s lujosos, cubierto con\u00a018 quilates de oro rosa<\/a>.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Un siglo son muchos segundos, minutos y horas transcurridas en este planeta, por lo que con orgullo\u00a0Oris, el fabricante\u00a0de relojes de lujo celebra en grande\u00a0su aniversario n\u00famero 110 con el\u00a0Oris Caliber 110. Este es el primer reloj in-house\u00a0que fabrican en 35 a\u00f1os, el cual tard\u00f3 10 a\u00f1os en ser finalizado, lo cual nos hace entender\u00a0la larga espera debido al complejo sistema con el que cuenta. Con 177 componentes y con un\u00a0hand-wound caliber,\u00a0le permite tener una reserva de pila de hasta 10 d\u00edas, a comparaci\u00f3n de una de sus ediciones limitadas pasadas\u00a0\u00a0Air racing edition III\u00a0que \u00fanicamente resist\u00eda 36 horas. El aniversario de Oris tan solo nos pone contentos y nos hace apreciar el tiempo invertido en este modelo, el cual podr\u00e1 ser escogido -dependiendo gustos- ya sea de acero o para los m\u00e1s lujosos, cubierto con\u00a018 quilates de oro rosa.<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":7374,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[19],"tags":[858,2008,1091,1936,913],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7371"}],"collection":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=7371"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/7371\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/7374"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=7371"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=7371"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=7371"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}