Despu\u00e9s de cuatro a\u00f1os de fabricaci\u00f3n ha sido construido el Ferrari m\u00e1s exclusivo en la industria. En esta ocasi\u00f3n el misterioso cliente es un coleccionista de la firma que no ha querido revelar ni su nombre ni el precio que ha pagado por el b\u00f3lido<\/a>. El Ferrari P80\/C es una pieza de velocidad, innovaci\u00f3n, tecnolog\u00eda y buen gusto. El autom\u00f3vil esta inspirado en los legendarios Ferrari de anta\u00f1o de la d\u00e9cada de los sesenta.<\/p>\n\n\n\n El P80\/C es una creaci\u00f3n track only <\/em>(solamente para pista), con el coche de carreras Ferrari 488 GT3 como base. Los dise\u00f1adores e ingenieros de Prancing Horse trabajaron para crear un cuerpo completamente diferente que sea est\u00e9ticamente agradable y al mismo tiempo funcional alrededor de un circuito.<\/a><\/p>\n\n\n\n El cliente trabaj\u00f3 directamente con Ferrari\nFlavio Manzoni y con los ingenieros de rendimiento y aerodin\u00e1mica del\nfabricante de autom\u00f3viles. Lo que buscaban era encontrar la est\u00e9tica del dise\u00f1o\nactual pero basados en los \u00edconos de la firma italiana.<\/p>\n\n\n\n Este b\u00f3lido de las pistas tiene faros y luces traseras que se reducen a rendijas que evocan las tomas de aire delanteras del 330 P3 \/ P4, y la parte de atr\u00e1s facilita el enfriamiento y el flujo de aire. El parabrisas trasero c\u00f3ncavo y persianas de aluminio sobre el motor llaman a los corredores de la era de los a\u00f1os sesenta, pero con un estilo y dise\u00f1o m\u00e1s moderno y actualizado<\/a>.<\/p>\n\n\n\n El dise\u00f1o se presenta m\u00e1s agresivo, con\nguardabarros delanteros y traseros. El parabrisas muy inclinado hacia atr\u00e1s\nayuda a crear una silueta muy elegante cuando se ve el coup\u00e9 de lado. Pero esto\nsolo ver\u00e1 el cliente que adquiri\u00f3 el \u00fanico en su especie Ferrari P80\/C.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" No existe nada m\u00e1s exclusivo en este mundo que tener un Ferarri \u00fanico en su clase. El Ferarri P80\/C fue hecho para un solo cliente, cuya identidad no ha sido descubierta.<\/p>\n","protected":false},"author":7,"featured_media":11370,"comment_status":"open","ping_status":"closed","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[11,2],"tags":[36,2898,2897],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11365"}],"collection":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/users\/7"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=11365"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/11365\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media\/11370"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=11365"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=11365"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/snob.mx\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=11365"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}![\"\"](\"https:\/\/snob.mx\/wp-content\/uploads\/2019\/03\/BBVdkI7-660x331.jpg\")
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